Visto desde el espacio, el pequeño Naboo parecía un gran
globo radiante, de color esmeralda, envuelto en tenues nubes blancas y mares
azules. Sin embargo, bajo esta serena superficie, Naboo fue un mundo muy
distinto.
Geografía
Naboo por mucho tiempo ha sido un enigma para los
astrofísicos. Su interior poroso, rico en plasma y su ausencia de núcleo sólido
es un fenómeno no encontrado en cualquier planeta conocido en la Galaxia. La
superficie de Naboo está al amparo de pantanos densos, llanuras de hierba, y
colinas frondosas. La sierra más grande, el Monte Gallo, divide en dos los
continentes y divide las llanuras grandes de la hierba del norte del Pantano
Lianorm en el sur. Al sur del Pantano Lianorm está el Mar Paonga, donde se encuentra
la ciudad gungan de Otoh Gunga. El País de los Lagos es un área de gran belleza
natural, y es lugar para muchas haciendas vacacionales. Bajo la superficie del
planeta hay un laberinto tremendo de pasajes y cuevas, hogar de animales
acuáticos inmensos y criaturas que no son nunca vistas en la superficie. Los
Gungans dominan estas "vías subacuáticas", usándolas como una
carretera de mediocre calidad entre su superficie, los lugares Sagrados y sus
ciudades submarinas.
Cultura
Los naboo tienen una monarquía electoral y mantienen una
cultura pacífica que propugna la educación, las artes, la protección del medio
ambiente y los logros científicos. El planeta es un respetado miembro de la
República y sus dirigentes son considerados como gentes de exquisita educación
y versadas en los tratos sociales. Los Naboo son rígidos pacifistas. Por esta
razón los conflictos entre las comunidades Naboo y Gungan son inexistentes. Y,
aunque los Naboo investigan e inventan una amplia variedad de nueva tecnología,
estos inventos raramente incluyen armas de guerra. Los Naboo reconocen la
necesidad de defenderse pero la mayoría de los vehículos y armas de combate son
elementos importados de otros sistemas que luego ellos modifican para adaptar a
sus necesidades y proteger el medio ambiente. Por desgracia, aunque bien
educados por regla general, los Naboo son un tanto ingenuos y consideran su
cómoda forma de vida como un derecho básico. Además, muchos Naboo veían a la
otra especie del planeta, los Gungans, con cierta sospecha y prejuicio. En
concreto, los Naboo creían que los Gungans eran bárbaros y menos inteligentes
debido a que mantenían una cultura belicosa. Afortunadamente, la mayor parte de
estos prejuicios desaparecieron cuando la Reina Amidala y el Jefe Nass lograron
unir ambas especies durante la Batalla de Naboo. Incluso después de su guerra
con la Federación de Comercio, los Naboo siguieron siendo un pueblo pacifista.
Conservaron tan solo un pequeño ejército de soldados voluntarios.
Humanos y Gungans
Naboo acoge dos razas inteligentes. Los naboo son unos
humanoides viajeros que, a pesar de tomar el gentilicio del planeta, no
proceden de allí. Son pacifistas pero poseen una tecnología muy avanzada y aman
la belleza de Naboo. Su arquitectura es estética y estilista. A menudo
construyen ciudades a lo largo de la orilla de los ríos o en la cima de las
majestuosas cataratas. Los naboo, como miembros de la Antigua República, tenían
representación en el Senado y se beneficiaban del libre comercio con el resto
de la Galaxia. A pesar de los avances económicos y tecnológicos que esto les
reportaba, dependían en gran medida del mercado exterior.
Por otro lado, los anfibios gungans se sienten cómodos tanto
en la tierra como bajo el agua, y mantienen una estrecha relación con el
planeta. No tienen la capacidad de viajar por el espacio de los naboo, pero
hace algún tiempo descubrieron una forma de cultivar plasma energético, a
partir de plantas locap: una forma de vida que atrae el plasma desde la roca.
esto permite a los Gungans desarrollar un campo hidrostático, una enorme
membrana de energía que mantiene el agua fuera de ella, pero que permite ser
traspasada por cuerpos sólidos. De esta manera crean las ciudades bajo el agua,
como Otoh Gunga.
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