martes, 29 de diciembre de 2015

Alderaan

El mundo pacífico de Alderaan fue uno de los primeros en ser ocupado por humanos, al iniciar una tímida expansión lejos de Coruscant. Los cuales se cree que cuando llegaron encontraron un mundo verde abandonado por una especie insectoide denominada Killiks. Se piensa que la colonización se remonta a más de 27 mil años antes de la caída del Imperio de Palpatine, 2.000 años antes de la formación de la Antigua República. Se trata de una época previa a los viajes hiperespaciales y es muy probable que pasaran años antes de que los primeros pobladores completaran su viaje.


En 3653 ABY, una delegación imperial con Lord Baras al frente se reunió con la República, representada entre otros por Satele Shan y la Maestra Dar'nala de la Orden Jedi para llevar a cabo las negociaciones que culminarían en el Tratado de Coruscant. Al saber del Saqueo de Coruscant y de la muerte del Canciller Supremo (3.653 ABY), Satele atacó a Baras, pero su compañera la retuvo. Baras usó Coruscant como rehén durante el resto de las negociaciones, y los Jedi acabaron cediendo.
Destrucción de Alderaan.

En la época del Imperio Galáctico, Alderaan resultó ser el planeta de prueba para una nueva arma imperial: La Estrella de la Muerte. La princesa Leia, capturada por los imperiales y cautiva en la estación de combate, fue presionada para dar el nombre del planeta donde tenía su base la Alianza Rebelde. A pesar de ceder ante tal amenaza y revelar el nombre de Dantooine, (que resultó ser falso), el Gran Moff Tarkin ordenó abrir fuego sobre Alderaan, haciendo volar el planeta por los aires. Millones de voces se apagaron al unísono ese día, dejando un campo de asteroides que se llamó El Cementerio. Ese fue el final de Alderaan, y de aquella gente que dedicó su vida a la cultura, el saber y la filosofía.


Arquitectura

Deslumbrados por la belleza de Alderaan, los primeros colonos se sintieron obligados a levantar ciudades de acuerdo con la topografía del planeta, aprovechando su belleza incomparable, en lugar de acabar con ella. Reafirmaron esta creencia cuando descubrieron las ciudades de los killiks, los habitantes nativos de Alderaan. Aunque ya habían desaparecido, los insectos killik dejaron tras de sí un conjunto de ciudades con torres, colosales panales de varios pisos que se alzaban sobre una meseta cubierta de hierba. Esta zona fue llamada Tierras del Castillo. Se construyeron grandes metrópolis en gigantescos pilotes que se alzaban en los mares del planeta. Enormes ciudades estaban situadas dentro de grietas, bajo casquetes polares o en zonas sostenidas por arenisca, en medio de verdes llanuras. Otra de las maravillas arquitectónicas de Alderaan fue Ciudad Terranium.


Cultura


Los alderaanianos eran considerados pensadores más que trabajadores. Famosos por la riqueza de su pensamiento y de sus tradiciones artísticas, con frecuencia proporcionaban un valioso punto de equilibrio a aquellos mundos más exaltados de la Antigua República. En otras ocasiones, sus largos debates sobre ética y moral no impedían que las injusticias más evidentes siguieran cometiéndose con impunidad. El planeta estaba gobernado por un virrey, apoyado por el Gran Consejo de Alderaan y elegido entre una de las familias reales del planeta. Habitualmente, la elección del virrey no era problemática; una excepción importante fue el grave contencioso que tuvo lugar en el año 70 ABY en Alderaan. En aquella ocasión, el Consejo fue incapaz de ponerse de acuerdo en el nombramiento del virrey a pesar de haberlo sometido a tres votaciones. En estas circunstancias se pidió a la República que eligiera. Ésta envió a varios Jedi, entre los que figuraba el joven Jorus C'Baoth (no Joruus C'Baoth, su clon) y finalmente se acordó que el senador Bail Antilles asumiera el cargo. La educación era un aspecto fundamental para la sociedad alderaaniana. El epicentro de su sistema educativo era la universidad de Alderaan, situada en la capital, Aldera, y fundada por el pensador Collus; se sabe que algunas de las mentes más brillantes de toda la galaxia cursaron allí su educación. La universidad intentaba que los estudiantes se aislaran del planeta, para que pudieran centrarse en sus estudios. Este enfoque recibió una acogida tan positiva que muchas especies, incluidos los ithorianos pidieron permiso para edificar sus escuelas alrededor de la universidad.

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